El proceso de selección es estándar en casi todas las compañías pero para la elección de posiciones de alto nivel como una Presidencia, la compañía deberá hacer un proceso cuidadoso pues la persona elegida determinará el camino que la compañía habrá de seguir.

Para la selección de un cargo como este primero se debe tener en cuenta una serie de habilidades blandas y duras para que la persona a cargo se adapte a la cultura, clientes, entorno y necesidades de la organización.

Dentro de las habilidades duras o conocimientos del negocio requeridos como mínimo debería tener resultados admirables y experiencia en el sector, una gestión demostrable en la gestión de recursos humanos y una experiencia en marketing, comercial y procesos logísticos.

Estas habilidades deben estar alienadas con los retos que la organización enfrenta y que esperan sean solucionados por la nueva persona que dirigirá la organización.

Finalmente, se deberá tener en cuenta una serie de habilidades blandas importantísimas para hacer que su nuevo equipo se alinee con el plan de negocio estratégico propuesto. Dentro de las habilidades mínimas esperadas son un liderazgo que permita influenciar a su equipo hacia resultados, unas excelentes capacidades de comunicarse, trabajar en equipo e inspirar a sus colaboradores con su ejemplo y la producción de los resultados que ha obtenido o que se esperan de él nuevo rol en la organización.